SANTO DOMINGO.- El Banco Agrícola de la República Dominicana (Bagrícola) informó que trabaja para fomentar el cultivo de coco en el país y superar el déficit que obliga a importar 65 millones de unidades al año.

Rafael Romero, director general de Negocios del Bagrícola, dijo que con ese espíritu la entidad está participando en “Festival Nacional del Coco 2022” que se celebra en Nagua, provincia María Trinidad Sánchez, del 22 al 31 de este mes y está dedicada al presidente Luis Abinader.

“El Banco Agrícola estará ahí y estará financiando a los productores a una tasa preferencial del 6%, a plazo cómodo.

Y posiblemente, haya algunas sorpresas que estamos analizando para introducir en la feria”, expresó

“Durante siete días estaremos mostrando al sector agropecuario nacional y al mundo las posibilidades que tienen de producir e industrializar el coco en República Dominicana”, siguió diciendo.

Recordó que, desde agosto del 2020, cuando inició la administración de Fernando Durán, el Bagrícola ha financiado la siembra de más de 60,000 tareas de coco, con una inversión superior a los RD$430 millones.

Romero dijo que es imprescindible que República Dominicana recupere los niveles de producción y productividad de ese rubro, cuya leche, agua, aceite y madera usa la industria de la medicina, alimentos, cosmetología y artesanía con altos niveles de ganancias.

“El Bagrícola ha decidido importantizar el fomento de ese cultivo, como parte de los esfuerzos del gobierno del presidente Luis Abinader para desarrollar la producción agropecuaria en todos los niveles”, precisó el funcionario.

Romero, resaltó la alta rentabilidad del producto, que tiene un mercado asegurado por largas décadas.

Expresó que, según vaticinios la agencia de asesoría financiera Bloomberg, el mercado de la leche de coco se disparará en un 35 % en el 2027 y el consumo del agua aumentará en un 40% en el 2030.

“Se trata de un cultivo con muchas condiciones favorables, pues no requiere de suelos fértiles, resiste los vientos y muchas horas de sol”, dijo.

Consideró que el financiamiento en gran escala a los productores y la asistencia técnica es indispensable para alcanzar esa meta, en un país donde la mayoría de las plantaciones de coco son viejas, con escasa productividad, con una antigüedad que supera los 45 años.

Consideró necesario sustituir las importaciones, mediante un programa nacional de siembra de coco, principalmente en las provincias de Hato Mayor, María Trinidad Sánchez, Samaná, El Seibo, La Altagracia, Bahoruco y Barahona, que son las mayores productoras.

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